¡¡Cómo pasa el tiempo!!

 En este vídeo, se puede conocer cómo era Alozaina allá por los primeros años de los 70.



Yo era uno de esos niños que seguía a la comitiva de autoridades. Lo que más recuerdo es la de días que llevó adecentar las calles. Los vecinos lo hicieron primorosamente con sus casas y fachadas.
Un pueblo casi desconocido tuvo la satisfacción de ser reconocido por su belleza, por su limpieza y ornamentación.
Hoy sigue siendo un pueblo con cierto tipismo. Desgraciadamente, se ha perdido aquel entusiasmo por la limpieza.
Los vehículos no dejan mucho espacio para el adorno de las fachadas.

Cada día más vivimos en el aislamiento de nuestras viviendas. Ya no se ven las puertas abiertas como antes. La televisión ha sustituido a las largas tardes de sillas en las puertas y charlas entre los vecinos.
Los niños ya no juegan siempre en la calle. Se encierran igual y han sustituido sus juguetes -chinas, huesos, caballitos de caña, canicas de barro, vaquitas de restos de cántaros,... Y en el colegio se cantaban canciones como ésta de Rosa León.